Jaén y sus aceitunas
Llego a Jaén a las once de la noche. Pueblo pequeño, ya casi todo está cerrado. Hace frío pero no tanto como en Madrid. Voy para la estación de autobuses, donde hay unos 15 inmigrantes con sus maletas esperando a que los echen para ir a dormir a la calle. Hablo con Said, con Mohammed y con Isas. Marroquíes, senegaleses, algún guineano. Todos con papeles, pero sin trabajo.
Este año, la recogida de la aceituna en la provincia de Jaén, una de las campañas más importantes en España, va a ser realizada por los españoles. El paro les obliga a volver al campo, de donde escaparon hace ya mucho tiempo. Los temporeros tomaron el relevo. Años y años trabajando aquí, y ahora se encuentran con que no pueden.
Viene de Lérida, de Almería, de Valencia. Vienen de otras campañas agrícolas, de la construcción, de todos esos sectores que están en crisis y ahora los escupen. Son unos 2000 en la provincia, de los que unos 500 están durmiendo al raso.
Cuando llegan a Jaén, se encuentran con la calle y un billete de autobús que la junta les ofrece para que vayan a otros pueblos a buscar trabajo. La junta bien sabe que no van a encontrar nada, lo hacen para no tenerlos a todos juntos y no crear “alarma social”.
Los albergues no dan abasto. Sobra gente por todos lados; vagan por las calles, duermen en cajeros. Los voluntarios de la Cruz Roja les atienden cada noche; les dan mantas, un saco de dormir, artículos de aseo.
El centro de recogida de transeúntes de Jaén se convierte en esta época en albergue temporal. Dan una comida por día, y tienen camas para 200 personas, que se pueden quedar un máximo de tres días. Cuando les echan se quedan durmiendo fuera del albergue, entre cartones y hogueras.
Parece ser que la crisis es la culpable. Una crisis que golpea a los de siempre, que ahora ni siquiera se pueden permitir el lujo de ser explotados.
Este año, la recogida de la aceituna en la provincia de Jaén, una de las campañas más importantes en España, va a ser realizada por los españoles. El paro les obliga a volver al campo, de donde escaparon hace ya mucho tiempo. Los temporeros tomaron el relevo. Años y años trabajando aquí, y ahora se encuentran con que no pueden.
Viene de Lérida, de Almería, de Valencia. Vienen de otras campañas agrícolas, de la construcción, de todos esos sectores que están en crisis y ahora los escupen. Son unos 2000 en la provincia, de los que unos 500 están durmiendo al raso.
Cuando llegan a Jaén, se encuentran con la calle y un billete de autobús que la junta les ofrece para que vayan a otros pueblos a buscar trabajo. La junta bien sabe que no van a encontrar nada, lo hacen para no tenerlos a todos juntos y no crear “alarma social”.
Los albergues no dan abasto. Sobra gente por todos lados; vagan por las calles, duermen en cajeros. Los voluntarios de la Cruz Roja les atienden cada noche; les dan mantas, un saco de dormir, artículos de aseo.
El centro de recogida de transeúntes de Jaén se convierte en esta época en albergue temporal. Dan una comida por día, y tienen camas para 200 personas, que se pueden quedar un máximo de tres días. Cuando les echan se quedan durmiendo fuera del albergue, entre cartones y hogueras.
Parece ser que la crisis es la culpable. Una crisis que golpea a los de siempre, que ahora ni siquiera se pueden permitir el lujo de ser explotados.
1 comentarios:
capaz se ven noruegos trabajando en el fisketorget y todo el verano proximo...
pff, fuera de joda, f**k! que triste, huh?
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