No todo el mundo es un puto Napoleón
Un colchón en el suelo y un Cd en un equipo de música que te había regalado tu ex novio, con la pila llena de platos sin lavar de días metidos en tu habitación, y la ventana a la glorieta de un pueblo que se apagaba completamente por las noches…
El tacto de un nórdico sucio, libros de Historia de
Remordimientos pero también ilusiones, y el mundo desapareciendo en cada canción y en cada mirada…
Olor a promesa de primavera, pantalones de pijama tan sexys, y el tacto de tus jerséis alejándome de toda la mierda con la que me encontraba cuando no estaba contigo…
Comer a las cinco, cenar a las dos de la madrugada e ir a clase a cualquier hora sin ser capaz de aprender nada…
Días, semanas o meses; no existía nada, sólo el dolor de las horas en las que salía de tu portal y caminaba hasta el autobús que me traía de vuelta a una realidad que, por suerte, ya hace tiempo que diste vuelta por completo.
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