Cambiando hábitos
Llevo un tiempo intentando desaprender casi todo lo que me enseñaron en la universidad. Hubo muchas cosas buenas, pero en general un mal hábito. Tengo que decir que mi carrera entra dentro de las ciencias sociales, ya que sospecho que en ciencias puras las cosas son diferentes.
Dejando de lado excepciones, mis profesores me exigían tan solo una cosa: lee los apuntes que yo doy en clase (muchas veces interpretaciones bastante sui generis de libros que ellos se habían leído, y que tendríamos que haber leído nosotros), apréndelos de memoria, y ponlo en el examen. Entiendo que éste sea el proceso a seguir en una carrera de ciencias, pero en una de letras no me parece el más adecuado.
Tuve la suerte de ir a un instituto en el que seguí una educación diferente. Me enseñaron a sacar conclusiones, a reflexionar y a analizar. Cuando llegué a la universidad tuve que desaprender, por primera vez. La cuestión ahora era repetir. Repite lo que yo digo, y ya está. No le prestes ni el más mínimo caso a la redacción, ni pongas por supuesto nada de ti mismo. (En 4º de carrera una profesora se atrevió a decir que no sabíamos redactar, ¡si desde 1º nos habíamos visto obligados a olvidarnos de la redacción!)
Una vez fui a una revisión de un examen. Había suspendido por muy poco en una materia de la que sabía bastante. Al preguntarle a la profesora sobre una de las preguntas que en mi opinión estaban bien su respuesta fue que no había puesto “aquella palabra que dijo en clase”. Intenté explicarle que la idea estaba ahí, y que estaba claro que sabía de lo que estaba hablando, pero su único recurso era volver una y otra vez a la maldita “palabra”, palabra que era un concepto amplio y perfectamente sustituible por varios sinónimos.
El proceso de desaprender que hago ahora consiste en intentar volver a analizar, a reflexionar. Intento sacar conclusiones de lo que leo, y a aprender ideas y conceptos, más que “palabras”. Cinco años fueron bastantes, espero que no me lleve otros cinco conseguirlo.