Growing increasingly unclear...
Erlend Øye - "Homesick"
Hoy recibí una llamada extraña. El otro día solicité el cambio de operador de móvil, y hoy me han llamado para convencerme de que no me cambiase. La operadora, después de preguntarme una serie de datos, me ha preguntado por mi nombre, y a partir de ahí me ha hablado con el tono con el que se dirige un amigo a otro que trata de convencerle de que no estudie matemáticas, ¡si a ti te ha gustado toda la vida la historia del arte!
La tía se ha tomado tan a pecho su trabajo que en momentos parecía que le estaba clavando una puñalada en la espalda a mi mejor amigo. Intentaba hacerme sentir culpable y estúpido, que creyese que lo que estaba haciendo iba en contra de mis propios intereses, que me mandaba una chiquillada. Repetía frases como “es que no entiendo por qué te cambias” una y otra vez, e intentaba descalificar los servicios de la otra operadora. ¿Cómo podía yo, que llevaba 9 años con la compañía, hacerles esta faena? ¿Cómo podía ser tan egoísta de buscar tarifas más baratas? ¿Qué clase de fidelidad sentía hacia la compañía?
Colgué sintiéndome un monstruo sin alma, capaz de vender a su mejor amigo por unos cuantos céntimos menos por minuto, después de años de servicio ejemplar, desinteresado y honesto.
Menos mal que me aseguró que si no me convencía la nueva compañía podía volver a la vieja sin coste alguno. Ahí me quedé más tranquilo.
Publicado por Alvaro en 17:04 1 comentarios