Estados del bienestar
Estamos en septiembre y aún así hoy por la mañana al ir a abrir la cadena de mi bici la llave no da vueltas ya que está casi congelada. Eso debe significar que el invierno está otra vez con nosotros, y que lamentablemente no dio tregua. El verano no existió y el otoño es imperceptible en Bergen, así que "velkommen" otra vez lluviosa y fría estación.
Pese a todo mi cabeza sigue creyendo que estamos en otoño ya que soy hombre de crisis-de-estaciones-de-transición y éste año tampoco ha faltado.
Mientras bajaba por Klostergate hacia el centro pensaba deprimido en lo triste que estaba hoy, y aunque normalmente un rato pedaleando me devuelve la alegría hoy al meter la lleva en la cadena de mi bici no conseguí abrirla. Inevitablemente reparé en el resto de la gente a mi alrededor que sí parecía estar alegre (o por lo menos más alegre que yo), paseando despreocupadamente por el centro de una de las pocas cuidades-pueblos-grandes de este país, uno de los más ricos del mundo. Mientras pasean piensan qué van a comprar, qué van a hacer esta noche, qué ponen en el cine... Y realmente su despreocupación me causa envidia... Sí, envidia, sana o no sana, no lo sé aún, y aunque tengo la suerte de aquel 30% de la población mundial que vive en el mundo desarrollado me considero con menos suerte que un noruego medio.
Y entonces pienso: ¿Pero no se trata de eso el estado del bienestar, de hacer que la gente tenga las cosas más fáciles? Sí, pero también no consigo evitar pensar que los noruegos a lo mejor lo tienen "demasiado" fácil. Y pongo esta palabra entre comillas porque todavía no estoy seguro.
Admiro el sistema, admiro profundamente el modelo, pero también pienso, como gran parte de los extranjeros de aquí, que los noruegos están "spoiled". Malcriados, acostumbrados a esforzarse poco, a dar las cosas por hecho y a no preocuparse demasiado por nada, viviendo en una burbuja que han construido con ayuda de la suerte de haber encontrado petróleo y de espaldas al mundo... Ya está, he soltado la frase de corrido porque si la hubiese pensado no la hubiese escrito ya que es todo lo que no me gusta: simple y tópica. Y sin embargo creo que tiene algo de verdad. Por supuesto elijo este a otros modelos de más al sur, donde tus oportunidades dependen de cuánto pueda ayudarte tu familia, o de si tus abuelos te dejan para una entrada de un piso, o de si tu tío conoce a tal de cual empresa que te puede dar curro, o de si no tienes otra que apechugar y buscarte la vida como puedas.
Aquí el estado de ayuda, te escucha si necesitas algo, te provee de todos los medios imaginables para que tú sólo pongas las ganas, y ese es el problema, que a veces se ven pocas ganas... No lo sé, hoy no lo veo tan claro... Será que hoy mi estado no es del todo lúcido, y no consigo ver con claridad este estado de las cosas... O será que hoy cuando he ido a abrir la cadena de mi bici no he podido, y entonces he tenido que bajar andando, aunque me parece que esto ya lo he comentado.